En un rincón que se llama Contando Cuentos me vienen a la cabeza recuerdos de niñez y noticias frescas, y es que los cuentos también enseñaban mucho en la escuela.
Ya quedan lejos esos tiempos de niñez en que en la escuela teníamos maestros que luego con el tiempo han pasado a ser profesores y que a día de hoy luchan por no quedarse en simple funcionarios cualificados para la educación.
No somos más listos que los niños de hoy, pero sin duda sí que sabíamos aprovechar la múltiple inteligencia, porque era una forma de aprender enlazando el arte con la cultura.


Nuestros maestros nos explotaban nuestras virtudes para suplir nuestras carencias y así el que no sabía multiplicar bien pero le gustaba la música aprendía cantando las tablas, los que dominaban las letras recordaban las formulas con pareados.
El juego en aquella época que no teníamos laboratorios ni talleres era la única forma de descubrir la ciencia, la física y la química.
Hoy se poseen los medios, el dinero para todo, las excursiones, los laboratorios con microscopio y ranas para diseccionar, en nuestra época algún afortunado compartía su laboratorio Borrás para toda la clase y disfrutábamos jugando a hacer experimentos que nos enseñaba a superar asignaturas complicadas dónde una imagen vale más que mil palabras a la hora de aprender.
En la Universidad de Harward lo tienen a día de hoy muy claro, nuestros viejos maestros sabían bien como aprovechar nuestra inteligencia y es que amigos, los niños tienen múltiples inteligencias, para ser más exactos son ocho, la lingüística, lógico matemática, cinético corporal, musical espacial, naturalista, interpretativa y la intrapersonal.
Aquí en España son pocos los colegios que pueden educar aprovechando estas múltiples inteligencias de esos niños que serán nuestro futuro, se tienen que ceñir a unos programas educativos excesivamente impuestos por los gobiernos de turno.
Así que hoy tenemos mucho sabiondo de sobresaliente en memoria, pero son pocos los que salen con esa valía que da la múltiple inteligencia, hombres y mujeres que suplen sus carencias aprovechando sus virtudes, porque de niños tuvieron maestros, que en jugando y enseñando, les educaron para salir adelante con el jugo de sus valías y la perdida de miedo en sus carencias.
Y les dejo una reflexión muy seria para sus comentarios ¿Aciertan los países dejando los planes de estudio en manos de las Leyes o debería pervivir aquel espíritu de la vieja escuela que hoy Harward confirma que estaban en el buen camino?